EL DON DE LA
FE ES ESENCIAL PARA TRABAJAR EN MI SALVACION. ¿Qué ES EL DON DE LA FE?
1)-SAN AGUSTIN ENSEÑA “DIOS ME CREO SIN MI, NO ME
SALVARÁ SIN MI”.
Esta enseñanza tan bonita de san Agustín se encuentra
en San Pablo. Pablo, a sus Filipenses,
les previene trabajar en su salvación con toda generosidad y dedicación
chorreada de su bautismo.
Leemos a san Pablo en sus propias palabras en
Filipenses 2:12:
“Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia— lleven a cabo su salvación con temor y temblor…”
2)-SAN PABLO NOS REVELA “TRABAJAR EN MI SALVACION, SE
HACE EN ASOCIACION CON DIOS”.
San Pablo afirma que Jesús mismo lleva mi cruz a la
salvación. Sin embargo, Jesús manda mi
participación. En nuestra imagen de hoy
tenemos a Jesús llevando mi cruz junto a mí.
Leemos a san Pablo en sus propias palabras en
Filipenses 2:13-14:
“pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Háganlo todo sin quejas ni contiendas,…”
Santa Teresita del Niño Jesús, en su autobiografía,
dice que Dios nos hace desear lo que él quiere regalarnos. Esta cita de la santa me marcó de por
vida. Cuando tengo un deseo bueno, Dios
me siembra este deseo y por eso acepto el impulso a trabajar en mi
santificación. Yo se que Dios no me
fallará para llenar su plan para mí.
3)-SAN PABLO EXIGE QUE ME DEDIQUE TOTALMENTE A MI
SALVACIÓN EN LO CRUDO DE:
San Pablo conoce muy bien la situación perversa donde
vivimos. Toda la desigualdad esta contra
nosotros; sin embargo, Jesús está con nosotros.
Leemos a san Pablo en sus propias palabras en Fil
2:15-16:
“…para que sean
intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan
como estrellas en el firmamento, manteniendo
en alto la palabra de vida. Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no
haber corrido ni trabajado en vano.”
4)-SAN PABLO TIENE SU META FIJADA PARA EVITAR CORRER 0 TRABAJAR EN VANO.
Así pues, para san Pablo las palabras de fe tienen la
máxima importancia en su peregrinación a la vida eterna. El peligro está muy grande en correr y
trabajar en vano. Jesús mismo precave de
la mayoría de los hombres y mujeres corren
y trabajan en vano desde que se van al infierno.
Leemos a Jesús en sus propias palabras en Mateo
7:13-14:
“Entren por la
puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a
la destrucción, y MUCHOS entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el
camino que conduce a la vida, y son
POCOS los que la encuentran.”
La enseñanza que es la más alarmante de
Jesús se encuentra en su doctrina de las DOS
PUERTAS. Esta alarma es porque
muy pocos se paran para meditar las palabras de fe de Jesús mismo. Aún obispos
y sacerdotes nunca predican esta doctrina; este hecho nos revela que nunca la
meditan. La boca habla de la abundancia
del corazón!
5)-SAN PABLO SIEMPRE SE ASEGURA “NO CREER EN VANO.”
En su carta a los Gálatas, san Pablo se
propone como modelo del “peregrino
hasta la eternidad.” A pesar de
sus encuentros con Jesús resucitado juntos con su asistencia diaria en palabras
y obras, san Pablo se ve obligado asegurarse con Pedro que el no crea en vano.
Leemos a san Pablo en sus propias
palabras en Gálatas 2:1-10:
“Catorce años
después subí de nuevo a Jerusalén, esta vez con Bernabé, llevando también a
Tito. Fui en obediencia a una
revelación, y me reuní en privado con los que eran reconocidos como dirigentes,
y les expliqué el evangelio que predico
entre los gentiles, PARA QUE TODO MI
ESFUERZO NO FUERA EN VANO….
Ni por un momento accedimos a someternos a falso predicadores,
pues queríamos que se preservara entre ustedes la integridad del evangelio.
En cuanto a los que eran reconocidos como personas importantes… no me impusieron nada nuevo. Al contrario, reconocieron que a mí se me había encomendado predicar el evangelio a los gentiles, de la misma manera que se le había encomendado a Pedro predicarlo a los judíos.
El mismo Dios que facultó a Pedro como apóstol de los judíos me facultó también a mí como apóstol de los gentiles.
En efecto, Jacobo, Pedro y Juan, que eran considerados columnas, al reconocer la gracia que yo había recibido, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de compañerismo, de modo que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos. Sólo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, y eso es precisamente lo que he venido haciendo con esmero.”
Nuestros obispos y sacerdotes deberían, como san Pablo lo hizo, someterse a Pedro, hoy se llama Francisco I, para asegurarse de no creer en vano. Negando el pecado original, obispos y sacerdotes creen en vano sin ninguna duda. Deberían leer y ANALIZAR profundamente el verbo IGNORAR en el número 407 del CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA.
6)-EN SU CARTA A LOS CORINTIOS SAN PABLO PREVIENE A CADA UNO, NO ABANDONAR LA BATALLA DE LA FE.
El relativismo es la herejía más antigua en la Iglesia. San Pablo previene a sus convertidos no desembarazarse del Evangelio. AL ABANDONAR LOS DOGMAS DE FE, OBISPOS Y SACERDOTES ACEPTAN CREER EN VANO. Sin embargo, no hay un obispo o sacerdote que piensa que cree en vano. Las palabras de fe no deben caer en descredito. Es humano fallar! Es divino arrepentirse.
Leemos a san Pablo sus propias palabras en 1Cor 15:1-2:
“Ahora,
hermanos, quiero recordarles el *evangelio que les prediqué, el mismo que
recibieron y en el cual se mantienen firmes. 2 Mediante este
evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro
modo, habrán creído en vano.”
“CREER
EN VANO” es una
doctrina completamente abandonada en cualquier Iglesia, especialmente en la
Iglesia católica. Sin embargo, es la
línea de demarcación del camino que conduce al infierno. ¿Por qué los obispos y
sacerdotes se muestran tan indiferentes?
7)-SAN PEDRO NOS RECUERDA NUESTRA LLAMADA Y ELECCION
DE NUESTRO BAUTISMO.
Nuestro bautismo nos consagra en el pueblo sacerdotal
de Dios para dedicar nuestra eternidad al culto de adoración a la Santísima
Trinidad. Somos adoradores verdaderos de
Dios verdadero.
San Pedro nos previene para no fallar a nuestra
vocación sacerdotal.
Leemos a san Pedro en sus propias palabras en 2Pet 1:3-6:
“Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina.
Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.”
En su amistad para cada uno de nosotros, san Pedro nos enumera como palabras de la fe que forman nuestras vidas. Por las palabras de fe, que son conocimiento de Jesús y de sus enseñanzas, nos llegamos a participar en la naturaleza divina de Dios.
8)-LA FE ES ACEPTAR LA PALABRA DE OTRA PERSONA COMO
VERDAD.
La imagen de hoy, en el blog, demuestra cómo se
adquiere la fe, LA FE VIENE COMO RESULTADO DE OIR! Un enviado debe anunciar el mensaje de
Dios. Las visiones no son fe, a menos
que tengan pruebas. Nunca olvidar que la
fe es creer “como resultado de oir.” y lo que se oye son palabras de Dios. Lo que
se oye en nuestra imaginación no es fe porque no hay alguien enviado!
Palabras de Dios son sobrenaturales; no pertenecen a
mi nivel humano de oír y entender. Por
eso, Dios debe equiparme con su aparato
sobrenatural que puede unirme al idioma de Dios.
Este aparato
sobrenatural se llama EL DON
DE LA FE.
Así pues el
Don de la fe ES DIFERENTE DE LA FE.
9)-DEBEMOS ENTENDER EL DON DE LA FE.
Juan Pablo II, en su Exhortación Apostólica, aclara EL
DON DE LA FE en nuestra vida. La fe es
primeramente un don de Dios. Dios
libremente regala este don a quien le gusta!
El DON DE LA FE es un regalo muy precioso que debemos nutrir; de otra manera el don se pierde.
Leemos el Papa en
CATECHESI TRADENDAE #19:
El DON DE LA FE es
“la CAPACIDAD de creer puesta en ellos por el bautismo y la
presencia del Espíritu Santo…”
Esta capacidad intelectual y sobrenatural para creer
es esencial para entender y aceptar las palabras de fe.
10)-EL BAUTISMO CONSAGRA AL BAUTIZADO POR EL PODER DEL
ESPIRITU SANTO EN UNA UNION CON LA SANTISIMA TRINIDAD.
Consagrando al bautizado, el Espíritu Santo sella al
bautizado para toda la eternidad con el sello de la Santísima Trinidad. Así pues,
el Espíritu Santo transforma al bautizado en una nueva criatura
revestido con la promesa de la resurrección.
Leemos a san Pablo en
Gálatas 3:26-27:
"Todos ustedes son hijos de Dios mediante la *fe en
Cristo Jesús, porque todos
los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. … Y si ustedes pertenecen a Cristo, son
la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.”
11)-JUAN
PABLO II AFIRMA “TODA LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO EN EL BAUTIZADO SE DESTINA A
FALLAR”.
En el
bautismo, el consagrado permanece sellado para siempre al servicio del culto
divino a la Santísima Trinidad. Sin
embargo, su consagración no produce ningún fruto de la Redención sin la primera
evangelización recibida en la casa y continuada en la Iglesia parroquial.
Leemos al
Papa en su #19:
“…primera
evangelización no ha tenido lugar. Cierto número de niños bautizados en su
infancia llega a la catequesis parroquial sin haber recibido alguna iniciación
en la fe, y sin tener todavía adhesión alguna explícita y personal a
Jesucristo, sino solamente la capacidad de creer puesta en ellos por el
bautismo y la presencia del Espíritu Santo…”
12)-ESOS BAUTIZADOS CRECEN SIN NINGUN CONOCIMIENTO DEL
DON DE LA FE QUE HAN RECIBIDO.
A menudo, crecen en ambientes enemigos de Cristo y de
la Iglesia. Culturas perversas los guían
a la puerta ancha y espaciosa donde caen en la perdición para toda la
eternidad. (Mateo 7:13)
13)-LA CATEQUESIS PARROQUIAL HACE QUE PERMANEZCA LA
ESPERANZA PRINCIPAL PARA NUTRIR EL DON DE LA FE.
El Papa se porta a rescatar a esos bautizados
abandonados proclamando la necesidad a los obispos y sacerdotes de enseñar el
catecismo.
Leemos al Papa en
#14:
“Es evidente,
ante todo, que la catequesis ha sido siempre para la Iglesia un deber sagrado y
un derecho imprescriptible. Por una
parte, es sin duda UN DEBER que
tiene su origen en un mandato del Señor e incumbe sobre todo a los que en la
Nueva Alianza reciben la llamada al ministerio de Pastores. Por otra parte,
puede hablarse igualmente DE DERECHO:
desde el punto de vista teológico, todo bautizado por el hecho mismo de su
bautismo, tiene el derecho de recibir
de la Iglesia una enseñanza y una formación que le permitan iniciar una
vida verdaderamente cristiana…”
Que el Espíritu Santo nos ayude a continuar nutriendo
el Don de la Fe en nosotros, hasta que crucemos el portal de la Visión
Beatifica.
El
profesor.
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